PARAMETRIA

Apuntó en el espacio de Ricardo Rocha, que desde septiembre de 2010 se empezaron a hacer las mediciones sobre el tema, aunque el anuncio se dio en realidad seis años antes, en 2004.

Primero, en niveles de conocimiento, en septiembre de 2010 solamente 28 por ciento de la población sabía de este tema o de lo que venía para este año.

La pregunta literal en una encuesta nacional, cara a cara, con una muestra de mil 200 casos, ¿Usted sabía que para el año 2015 ya no se podrá ver nada en las televisiones análogas, es decir, con antena aérea o de conejo, sino cuenta con el convertidor de señal analógica o uno digital? Respondió el 28 por ciento, que sí en esta ocasión, y 68 por ciento dijo que no.

Es decir, menos de una tercera parte de la población conocía hace cuatro años y medio de este tema.

Al repetir la misma pregunta en enero de 2015 y se tienen niveles de conocimiento del 83 por ciento y solamente 17 por ciento que no sabe; es decir, la gente tiene niveles de conocimiento amplio en el tema. Sería ocho de cada diez mexicanos.

Después con una pregunta de control se les cuestionó si tenían televisión en su hogar (independientemente como fuera el aparato), prácticamente los mismos niveles de septiembre de 2010 se repiten en enero 2015, casi el 100 por ciento de la población tiene televisión; así lo registra el 97 por ciento, sólo el 3 por ciento dice que no, esto no ha cambiado.

Sin embargo, existe una diferencia sustancial muy relevante, esto al preguntar a la gente sí tenían ya un televisor analógico; en septiembre de 2010, el 81 por ciento indicó que no tenía ninguno; un televisor nos dijo que tenía el 12 por ciento; dos televisores digitales sólo el 3 por ciento y hasta tres televisores, otro dos por ciento. Esto sumaría 17 por ciento de la población.

Para enero de 2015 el 81 por ciento baja a 39 por ciento; 34 por ciento nos dijo que ya tenía un televisor digital, otro 16 por ciento dos televisiones y hasta tres televisores dos por ciento, y cuatro uno por ciento, esto sumaría 53 por ciento de la población. Es decir, el cambio que hace la gente normalmente de sus aparatos desplazando uno viejo por uno nuevo, e incluso el tipo de promociones como el Buen Fin da la impresión de que gente de manera natural ha ido cambiando sus televisiones.

A diferencia de hace cinco años, 53 por ciento de la población ya está preparada para finales de año, lo cual es un dato muy revelador más allá de la ayuda que dará el gobierno federal, ya que la gente por un proceso natural o porque lo está haciendo de manera deliberada está cambiando sus aparatos.

Cuando se preguntó a quién va a beneficiar este cambio, al gobierno, en septiembre de 2010, el 55 por ciento crece en enero de 2015 a 66 por ciento; empresas de televisión crece del 65 por ciento a 81 por ciento; empresas que fabrican televisores sube 71 por ciento a 84 por ciento; y a personas como usted sube de 16 por ciento a 23 por ciento; pero la percepción que predomina es que va a perjudicar, ésta va de 64 por ciento a 59 por ciento y, finalmente, al país queda prácticamente igual, 33 por ciento a 35 por ciento, y 33 a 37 por ciento.

Lo que significaría esta respuesta es que la gente no está percibiendo ningún beneficio ya sea en el aparato o en la mejor calidad de la señal, lo cual podría ameritar una campaña informativa sobre cuál es la razón de este cambio y qué beneficio hay para el ciudadano promedio, pues da la impresión que sería una medida caprichosa y entonces simplemente se genera un cambio tecnológico pero sin ningún beneficio para el ciudadano.