PARAMETRIA

CS 57, XG 34, AM 6

Texto de Francisco Abundis publicado en Milenio

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Este 2 de junio tendremos nuestra quinta elección presidencial en lo que va del siglo. La revisión del comportamiento electoral de las anteriores contiendas, puede ser útil para plantear posibles escenarios en los siguientes 3 meses de campaña.

Una característica de la mayor parte de estas contiendas, es que conforme transcurre el proceso electoral la diferencia entre la primera y la segunda fuerza electoral se va reduciendo. Sólo en 2018, en nuestra última elección presidencial, la diferencia se amplió. Al inicio de la campaña estaba en 20 puntos de diferencia y terminó en 31 puntos (AMLO 53, Anaya 22).

Probablemente uno de los datos distintivos de esta elección presidencial, es la diferencia entre el primero y el segundo lugar. Si bien al inicio de las contiendas electorales presidenciales siempre hay un puntero, no hay precedente de una diferencia tan amplia. La última medición de Parametría registra una diferencia de 23 puntos porcentuales entre Claudia Sheinbaum (57) y Xóchitl Gálvez (34).

En el año 2000, la elección no sólo cerró la diferencia entre el primer y segundo lugar, si no que cambió de ganador. Depende de la serie que uno observe la ventaja del candidato Francisco Labastida y el ex presidente Vicente Fox, la diferencia era más amplia o más reducida, pero estaba entre 15 y 20 puntos porcentuales. Las campañas y los debates fueron intensos y Fox terminó ganando por 7 puntos porcentuales.

Hoy todavía hay una polémica de en qué momento se cruzó la elección, si fue en el mes de marzo como se publicó en alguna medición o fue al final de la campaña. Lo cierto es que las últimas mediciones estaban en el margen de error y era difícil dar un ganador claro.

En 2006, de manera similar, la elección se cerró y también cambió de ganador. En su discurso de inicio de campaña, Felipe Calderón reconoce que va 10 puntos abajo, pero en los siguientes meses remontaría, como terminó sucediendo. La ventaja del puntero López Obrador, se fue reduciendo.

Los eventos o las explicaciones de por qué se redujo su ventaja siguen siendo temas de debate, lo cierto, es que un mes antes de la elección ya había mediciones que registraban un empate. El resultado final fue una diferencia de .56 por ciento a favor de Felipe Calderón.

En 2012, es probablemente en la que hemos tenido más movimiento en términos de comportamiento electoral. La candidata que ocupaba la segunda posición cayó a tercero, Josefina Vázquez Mota y el candidato en la tercera posición ascendió a la segunda, el actual presidente López Obrador. Además, la diferencia entre primera y segunda fuerza electoral se redujo sustancialmente a cerca de 6 puntos, cuando al inicio de la campaña era de 20. Al final, la victoria de Enrique Peña Nieto no tuvo cuestionamientos, pero no por la diferencia que se esperaba.

La elección 2018, nuestro antecedente inmediato, es la única elección en la que la diferencia entre los contendientes y el ganador se amplió. Una tendencia inusual e inesperada, pero que se registró en todas las series que siguieron a la elección.

La participación es el elemento clave en esta elección. Una forma de simplificar este elemento, es sugerir que la alta o baja participación beneficia a algún candidato o fuerza electoral. En este proceso vamos a enfrentar un fenómeno de participación diferenciada, que es probablemente lo que hará más difícil las estimaciones electorales. Será motivo de un análisis en este espacio en las siguientes semanas.

Una forma de medir esta participación con encuestas, es si el elector conoce la fecha de la elección. Por el registro que tenemos en esta variable, ha habido un aumento tanto en la fecha precisa de la elección, como en la ubicación del mes. Una tercera parte del electorado lo identifica. Es un porcentaje bajo que crecerá de manera exponencial en los siguientes meses.

El nivel de conocimiento de las candidatas es alto, 84 por ciento Claudia Sheinbaum y 76 por ciento Xóchitl Gálvez. La primera con una imagen positiva de 62 por ciento y la segunda con una negativa de menos 6 por ciento. Es interesante que aunque la candidata del Frente tenga imagen negativa, goce de preferencia. Una explicación podría ser que el partidismo está siendo más importante que la imagen de la propia candidata. Durante el proceso electoral tendremos más elementos de análisis para responder esta incógnita.

El conocimiento de Jorge Álvarez Máynez es bajo y tiene muy poco tiempo para crecer. Con la candidatura de Samuel García, se observó crecimiento en la preferencia de Movimiento Ciudadano y se consideró que podría ser un factor. Hoy día, con esta candidatura no parece que esto pueda suceder.

Hoy inician las campañas electorales y tendremos tres meses muy intensos y beligerantes. A juzgar por tres de los cuatro procesos de este siglo, en nuestro país habrá movimientos en las preferencias, lo que no sabemos y mediremos serán sus magnitudes.

Nota Metodológica: Población objetivo: Personas mayores de 18 años con credencial para votar vigente. Representatividad: Nacional. N° de encuestas: 800 entrevistas cara a cara en vivienda realizadas del 7 al 11 de febrero del 2024. Método de muestreo: aleatorio sistemático con probabilidad de selección proporcional al tamaño. Marco muestral: secciones electorales reportadas por el INE. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error (+/-) 2.4 %. Diseño de cuestionario, muestra, operativo de campo y análisis: Parametria S.A. de C.V.

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