Texto de Theresa kernecker publicado en Milenio
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A un día las elecciones en Estados Unidos que culmina el 5 de noviembre de 2024, las encuestas muestran una contienda muy reñida entre Kamala Harris y Donald Trump. Según FiveThirtyEight hay un empate, aunque los números cambian levemente con los nuevos datos o dependiendo de las encuestas incluidas. Últimamente, los resultados apenas cambian y si lo hacen, es dentro del margen de error. A pesar de las mejoras en las encuestas desde los últimos ciclos electorales, aún tienen limitaciones. Al final, podrían pasar dos cosas: podría ganar Trump si las encuestas vuelven a subestimarlo como en 2016 y 2020. Del mismo modo, Kamala Harris podría ganar si la subestiman como fue el caso de los demócratas en las elecciones intermedias en 2022.
La misma dinámica de empate se refleja en los estados clave del cinturón solar “sun belt” (Nevada, Arizona, Carolina del Norte, Georgia) y del llamado muro azul (Pensilvania, Wisconsin y Michigan). Kamala Harris ya asegura 225 votos electorales frente a Donald Trump con 219 con sus respectivos estados seguros. La pregunta es qué pasará en los estados clave para llegar a los 270 votos necesarios para ganar la elección. Actualmente, los Donald Trump tiene 2.5 puntos de ventaja en Arizona y 1 punto de ventaja en North Carolina y Georgia. Kamala Harris lidera en Michigan y Wisconsin por un punto, y Pensilvania y Nevada están empatados. Aunque cada uno de esos estados puede influir los resultados, algunos estados tienen más más peso debido a la cantidad de votos, y Pensilvania será clave para el/la ganador/a.
Cabe señalar que el electorado estadounidense se ha “calcificado”, según la politóloga Lynne Vavreck y sus colegas. La identidad partidista se ha convertido en el mejor predictor del comportamiento electoral, superando a otros factores como la aprobación publica o el estado de la economía. Esto significa que muchos votantes ya han decidido su elección, dejando a pocos indecisos. La indecisión actual se centra más en si las personas votarán o se quedarán en casa. Por lo tanto, la movilización del electorado es y será un factor clave para el resultado electoral.
La última encuesta de New York Times/Siena del 2 de noviembre muestra que el 40% de los electores probables se sienten casi seguros de votar, mientras que un 17% considera muy probable que lo hagan. Menos de 2% afirma que es poco probable o nada probable que voten, y el 39% dice ya haber votado. En la pregunta sobre la intención de voto, Kamala Harris está en un 48% y Donald Trump en un 47%, con un 4% que no sabe o no respondió. Si se incluyen a los votantes inclinados hacia un tercer candidato, Kamala tiene una leve ventaja (47% frente a 46%).
Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta New York Times / Siena del 2 de noviembre
La misma encuesta proporciona un perfil general de los votantes de cada candidato. Los votantes de Kamala Harris tienden a ser demócratas, votaron por Biden en 2020, son de diversas razas, tienen titulación universitaria, son mayormente mujeres y tienen entre 18 y 44 años. Por su parte, los votantes de Trump suelen ser republicanos que votaron por Trump en 2020, hombres, personas sin titulación universitaria, y de raza blanca.
Al final, la movilización de estos grupos demográficos es crucial para el resultado electoral, con lo cual resulta útil analizar algunas tendencias demográficas. Según un estudio del Instituto Brookings, los blancos sin titulación universitaria eran la mayoría del electorado en 2008, pero se espera que representen menos del 40% en 2024. Este grupo ha disminuido significativamente desde 2008, con una caída de hasta 14 puntos en el “cinturón solar” y 12 puntos en el “muro azul”. Otra tendencia relevante es el crecimiento de la población latina, especialmente en Arizona y Nevada, donde ha aumentado casi un 10% y un 6% desde 2008, respectivamente. Brookings estima que los latinos representarán un 11% del electorado en esta elección. Si bien suelen votar mayormente por el partido demócrata, su ventaja con este grupo ha disminuido en las últimas elecciones.
Por último, la gente ya está votando. A nivel nacional, 75,999,928 personas han votado, con un 41% de demócratas, un 39% de republicanos, y un 20% de independientes/otros. En el “muro azul”, un mayor porcentaje de demócratas ha salido a votar, y en todos los estados clave, han participado más mujeres que hombres. Aunque esto es habitual a estas alturas, será interesante ver cómo el tema del aborto y la salud reproductiva, tras la revocación del derecho al aborto, moviliza a las mujeres en el resultado final.
En fin, las encuestas ya no nos pueden delatar mucho más de lo que ya sabemos. La movilización del electorado y los cambios demográficos jugarán un papel clave en el resultado final. No sabemos hasta qué punto los temas influirán en el voto, con la economía, la inmigración, pero también el aborto en el primer plano. La capacidad de cada partido para movilizar a sus bases será determinante.