Texto de Francisco Abundis, publicado en El País el 27 de octubre de 2023
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Movimiento Ciudadano es un partido político que ha apostado por la participación en la elección 2024 de manera independiente, sin coalición, sin alianza. Eso sin duda es más rentable electoralmente para el propio partido, aunque parece afectar de manera sustancial al Frente Amplio por México. Movimiento Ciudadano se ha presentado como un partido de renovación, diferente a los partidos convencionales. Eso lo tiene que probar frente a la opinión pública. De hecho, al igual que Morena es un movimiento, no es un partido. Por ello, hacer una alianza con los partidos “tradicionales” puede tener un costo.
Mientras MC no forme parte de una coalición del Frente Amplio por México y decida contender como partido autónomo, tendrá que participar con un candidato a la presidencia del país. Ahora bien, entre las muchas opciones que tiene MC para la nominación de su candidato, parece que su porcentaje de preferencia varía mucho.
El valor electoral de MC depende mucho de quién sea su candidato a la presidencia. Por ejemplo, es muy distinta su preferencia con un candidato como Samuel García o Marcelo Ebrard. La diferencia en términos de preferencia entre el mejor y el peor de sus candidatos medidos es sustancial.
Con un candidato como Dante Delgado (que ya no es considerado, pero lo fue), quien tiene un nivel de conocimiento muy bajo, Movimiento Ciudadano se quedaría en su promedio de preferencia electoral o incluso estaría por debajo. El presidente del partido ya no es tema, pero en algún punto se incluyó en la lista de posibilidades.
Con un candidato como el gobernador de Nuevo León, Samuel García, Movimiento Ciudadano obtendría una votación dos puntos por arriba (9%) a la que obtuvo este instituto político en 2021 (7%), es decir, le daría una ventaja de dos puntos por arriba del porcentaje que obtuvo en la última elección federal.
Sin embargo, si el excanciller entrara en la contienda, Movimiento Ciudadano obtendría su mejor número (12%), tres puntos por arriba de Samuel García. En campaña este número podría incluso mejorar. Alguna medición lo ubica hoy día hasta en un 14%. Con este porcentaje podría estar cerca de los dos principales partidos de oposición: Acción Nacional (PAN) y el Revolucionario Institucional (PRI).
Este porcentaje en términos de prerrogativas y de posibles posiciones en el Congreso (ello dependería de que tan concentrado está su voto a nivel distrital) pasa a ser muy relevante para la toma de decisiones.
Hoy su dirigente Dante Delgado parece muy determinado a no sumarse a la alianza del Frente Amplio por México. El temor de diluirse como fuerza electoral parece fundado. La toma de decisiones no es sencilla y esta puede cambiar.
Otra figura prominente dentro de Movimiento Ciudadano es Luis Donaldo Colosio, pero es claro que hoy día está fuera de la contienda. La apuesta de este partido podría ser hacia 2030.
La posibilidad del excanciller de participar con esta fuerza política todavía está abierta y como declaró el propio líder del partido Dante Delgado sería su opción externa.
Es cierto que Marcelo Ebrard cuenta hoy con buena imagen y reputación, y en buena medida se debe a su vinculación con Morena. La pregunta sería, si decide dejar este partido político y postularse por Movimiento Ciudadano, ¿cuánto le costaría en imagen? Su imagen actual está asociada al instituto político al que pertenece, ¿cómo cambiaría esa evaluación si decide irse de ese partido? Pregunta de investigación.
La otra pregunta es ¿a quién quita votos Movimiento Ciudadano? Es interesante que a nivel estatal a quien más ha quitado votos es a Acción Nacional, como es el caso de Jalisco, Nuevo León o Campeche. Pero a nivel nacional el juego puede ser distinto y dependería del candidato que lo represente.
En general podríamos decir que si el candidato es Samuel García quitaría votos al PAN, y si es Marcelo Ebrard a Morena. Pero al no representar parte de un bloque opositor amplio, al final a quien termina beneficiando es a Morena. Muy interesantes las opciones que se le presentarán al elector para la contienda presidencial del año entrante. Finalmente, sus opciones electorales dependerán de quien represente cada opción política.