Luego de la publicación de distintas mediciones, algunos analistas parecen sorprendidos por la baja preferencia electoral que tiene la candidata del Frente Opositor, Xóchitl Gálvez.
Es muy común que en los análisis confundan las opiniones o las valoraciones del círculo rojo, la prensa o la clase política con la preferencia electoral. Este parece un caso emblemático donde las percepciones del círculo rojo o de la prensa no coinciden con las del electorado.
Luego del exitoso proceso que el Frente organizó para la nominación de su candidata, se genera la percepción de que esa candidata cuenta con una gran preferencia electoral. Este es un fenómeno bastante frecuente.
En términos analíticos es importante distinguir cuando un candidato tiene peso entre la clase política o los tomadores de decisiones y si esto corresponde a su peso electoral. Es muy frecuente que haya candidatos que son muy conocidos entre la clase política o la prensa, pero totalmente desconocidos ante la opinión pública.
De hecho, este es un dilema muy frecuente en los candidatos. No es fácil tener buenos números en ambos frentes. Es difícil construir una imagen ante la clase política y ante el electorado de manera simultánea.
Este parece ser el caso de Xóchitl Gálvez, una candidata que generó mucha expectativa desde su nominación. Es probable que esta nominación haya generado mucha expectativa por la falta o necesidad de un candidato de oposición visible.
A diferencia de lo que tenía el oficialismo que lleva anunciando sus candidatos desde agosto de 2022, anunciados en conferencia mañanera, es decir un año antes de su proceso, la oposición, el Frente amplio realizó un proceso breve y un poco accidentado.
Es decir, el proceso largo de Morena le dio mucha visibilidad en medios de comunicación y ante la opinión pública. Mientras que el proceso del Frente fue breve. Los dos candidatos punteros del gobierno, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard tuvieron toda la administración como funcionarios y el último año como candidatos para hacer crecer su nombre y su reputación. Las dos candidatas de la oposición Beatriz Paredes y Xóchitl Gálvez, sólo un par de meses. Por ello los procesos no son comparables.
Los elementos que explican estas diferencias no son obvios o fáciles de observar, pero si revisamos la crónica de eventos no tan difíciles de entender. Morena viene de una campaña donde sus seis candidatos hicieron una campaña conjunta. En el Frente sólo dos candidatas y en una campaña mucho más breve.
A muchos parece sorprender que la imagen de la candidata del Frente no esté en números positivos. Pelearse con el presidente, quien tiene niveles de aprobación altos, es costoso.
Prácticamente cada candidato de la oposición que ha sido cuestionado por el presidente pasa a tener números negativos.
A Xóchitl Gálvez se le está evaluando más por su potencial, no por sus números actuales o presentes. A la candidata del Frente la conoce la mitad de lo que se conoce a la candidata virtual de Morena.
Es cierto que a Xóchitl Gálvez le queda mucho por crecer en conocimiento, el problema es lo que representa y lo que implica cargar las siglas del PRI y del PAN. Carga que no es menor. Veremos en los siguientes nueve meses su capacidad para remontar.