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De sobrestimaciones, subestimaciones y selección de casos

De sobrestimaciones, subestimaciones y selección de casos

A Ricardo Rocha, por su rigor, profesionalismo y amistad.

Han pasado años desde la última vez que hubo una evaluación a las mediciones preelectorales en nuestro país. Hasta donde tengo registro fue en 2018 cuando el gremio fue muy felicitado. Con una elección de 31 puntos de diferencia es sencillo dar ganador. No obstante que hubo serias subestimaciones de más de 15 puntos porcentuales o diarios que pusieron a José Antonio Meade en segundo lugar, no hubo cuestionamiento alguno.

Si llevamos 5 años sin cuestionamientos, desde 2018, eso significaría que el récord del gremio ha sido impecable. Sin embargo, no es el caso. Desde que este gobierno asumió funciones se han realizado elecciones intermedias del Congreso Federal (300 distritos), elecciones para congresos locales en todo el país (63), para presidencias municipales (3,658) y 23 gubernaturas y nadie ha cuestionado las mediciones realizadas. Tomo como referencia el 2018 porque históricamente los errores de la industria han sido en función del gobierno en turno, es decir, la sobrestimación o subestimación del oficialismo. Sin duda, se podría hacer una evaluación más amplia e ir más atrás en el tiempo, pero ofrezco esta revisión sólo a manera de ejemplo.

En todos esos procesos se han dado subestimaciones y sobrestimaciones de distintas fuerzas políticas y nadie lo notó o nadie lo quiso observar. Solo voy a ofrecer algunos casos ilustrativos. En 2021 hubo una sobrestimación de MORENA para el Congreso de entre 7 y 8 puntos. MORENA obtuvo 34 por ciento y el promedio de mediciones le daba 41 o 42 puntos porcentuales. Y mejor no hablar de los modelos de asignación de curules en el Congreso. Me parece que una sobrestimación del Congreso debería ser un tema de preocupación, pero no tengo registro de un sólo artículo o comentario sobre el tema.

Para procesos electorales de gobernador, en general se le ha subestimado a MORENA a pesar de lo que dicen análisis poco rigurosos. Por ejemplo, en 2021 pocos o nadie pudo ver que MORENA y sus aliados ganarían 11 de 15 gubernaturas. Por ello en 2022 ganar 4 de 6 fue más predecible.

Es muy distinto tener problemas de subestimación o sobrestimación a tener problemas de probable ganador. Parece que esta pequeña distinción no la hacen algunos de los críticos. En 2021 hasta donde tengo registro, en Baja California Sur todas las mediciones publicadas daban como ganador al PAN, no fue así. Hubo mediciones en prensa nacional que dieron como ganador al candidato de la alianza PAN- PRI en San Luis Potosí. Se reportaron empates para Sonora, elección que tuvo 15 puntos de diferencia. En Michoacán algún diario de circulación nacional dio al candidato de la Alianza como ganador, y no al actual gobernador.

Publicaciones de diarios nacionales subestimaron sistemáticamente a MORENA, –el error por definición es aleatorio, y cuando sólo favorece a una fuerza política se llama sesgo–. De verdad nadie observó nada o no quisieron observar nada. Es decir, los cuestionamientos son selectivos. Algunos periodistas decidieron que el proceso electoral del Estado de México es más importante que el Congreso Federal, que cualquier congreso local u otras 22 gubernaturas. Una tarea mínima que uno esperaría del periodismo es que haga su tarea e investigue sobre el registro de lo que se ha publicado.

Casos de sobrestimación de MORENA existen a nivel local, pero han sido más bien la excepción. El más notable probablemente es el de la Ciudad de México, y Tamaulipas. Este último por temas de inseguridad y las irregularidades del proceso no lo contaría.

Por alguna razón ahora algunos periodistas y analistas voltean a ver el “récord” de las mediciones preelectorales de UNA ELECCIÓN. Es extraño que no lo hayan hecho para el proceso de 2021 o 2022. Esos periodistas ya no sorprenden con sus análisis diletantes. Preocupan un poco más los “especialistas” que cuestionan las mediciones preelectorales de este 2023. Parece un análisis caprichoso y poco sistemático o por lo menos poco riguroso. No saben que en general se subestima a MORENA más de lo que se le sobrestima a nivel local. Incluso el error de sobrestimación de Coahuila es mayor que el de Edomex y nadie lo menciona.

Otro error es que comparan mediciones probabilistas con no probabilísticas. En la mayor parte del mundo democrático de los medios lo que se publica en México sería impublicable. Mediciones con robot están prohibidas en Estados Unidos, mediciones por internet no existen, lo que existen son paneles por internet. En nuestro país el periodismo “especializado” no distingue.

En democracias consolidadas como España, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos las diferencias entre mediciones preelectorales y resultados finales son frecuentes. Cuando eso sucede los analistas voltean a ver a los electores, no al gremio de los que hacen mediciones preelectorales. Para esta elección, ese tipo de análisis electoral lo hicieron ya para el diario El País Jorge Galindo, y Viridiana Ríos. Jacqueline Peschard escribió al respecto desde el 2015, con el caso de la subestimación de los laboristas en Gran Bretaña. Con la subestimación de los laboristas en la elección de ese año, nadie cuestionó las mediciones. En la misma noche de la elección, Ed Milliband renunció al Partido Laborista. La pregunta era ¿Por qué los laboristas no salieron a votar?

Discusiones superadas

La prensa en el mundo evoluciona y se pregunta cómo reportar mejor los números de mediciones preelectorales para mejor entendimiento público, que no son hechos, sino que están basados en probabilidades, y tienen márgenes de error. En nuestro país parece que estamos estancados en discusiones que se repiten en el último cuarto de siglo.

Otro tema en el que parece que no hay mucho avance es el de la forma de medir el error en sistemas multipartidistas y bipartidistas. En sistema multipartidista el error no se define por la distancia entre el primero y segundo lugar, como sucede en sistemas bipartidistas. El error se mide para cada fuerza electoral. Aunque se den alianzas, coaliciones o candidaturas únicas es preciso medir cada una de esas fuerzas electorales. Por ello el error promedio de la mayor parte de las mediciones que sobrestimaron a MORENA es cerca de un punto porcentual en promedio para cada fuerza electoral. Se supone que era un tema resuelto.

También el argumento de la manipulación se suponía era discusión superada. Kathy Frankovic (CBS, Wapor, ESOMAR) mencionó como este es el argumento más usado en las sociedades menos democráticas y más restrictivas. En su reporte sobre la libertad para la publicación de mediciones preelectorales en el mundo, — que presentó en la conferencia de ESOMAR LATAM realizada en CdMx hace un par de meses–, explicó con preocupación cómo esta idea no tiene sustento académico y es usada en países de poca tradición democrática.

No me atrevo a juzgar o evaluar en qué nivel está la democracia de nuestro país. Lo que muestra la evidencia es que algunos periodistas de nuestro país están al nivel de argumentación de los países menos democráticos.

Recomendaciones:

Me parece que es pertinente hacer algunas recomendaciones para los profesionales, quien quiera opinar sobre el tema:

1.- Observen el registro completo de cualquier consultoría o diario que quieran evaluar, como lo hacen los comentaristas deportivos. Un partido no define la temporada de un equipo o el promedio de bateo de un jugador. Tal vez requiera un poco más de trabajo, pero es su deber hacerlo si van a evaluar u opinar.

2.- Observen la discusión en otros países, México no es una isla. Asistan a conferencias como lo hacen periodistas de otros países.

3.- Intenten buscar sus explicaciones en el comportamiento electoral y no en quienes lo medimos.

4.- Evolucionen en su conversación, como lo ha hecho buena parte del mundo. Revisen cuál ha sido el debate en años anteriores y cómo ha ido cambiando.

Explicación

A partir del análisis del conteo rápido que se realizó luego de la encuesta de salida sabemos que no fue un tema de muestreo. Por la consistencia de las respuestas también sabemos que no fue un problema de voto oculto. La ciudadanía nos dijo lo que iba a hacer y fue consecuente con su dicho.

Toda la respuesta parece estar en un tema de participación diferenciada. No es el único lugar en el mundo donde sucede. Los británicos para explicar frecuentemente sus resultados electorales y la diferencia con sus mediciones pre electorales suelen decir que los conservadores no ganan elecciones, si no que los laboristas pierden, es decir los laboristas no sacan a las urnas a sus votantes.

A juzgar por lo que observamos el domingo 4 de junio la participación no fue homogénea en el agregado. MORENA no motivó o no sacó a votar a su electorado. Para resolver este problema en los diagnósticos tenemos modelos de votante probable. Pero al parecer no corrigieron lo suficiente. La correlación de las secciones electorales con mayor participación favorecen a Alejandra del Moral. Las secciones que favorecen a Delfina Gómez tienden a una menor participación.

Es probable que los datos preelectorales más abiertos a favor de MORENA asumieron participación homogénea. Sólo entre aquellos que presentamos información que es replicable y validable podemos probar esto. Entre todos aquellos que hacen mediciones con “secreto industrial” o “una caja negra” (telefónicas o por internet), ya sea que su resultado se acerque al resultado electoral o no, nunca sabremos qué hicieron o incluso si hicieron la medición. En general lo que no es validable no debería ser publicable.

Generalmente las respuestas a los problemas de medición suelen ser más complejas de lo que algunos periodistas están dispuestos a indagar o investigar, pero no por ello deben de ignorar los términos y los requisitos de la discusión.

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