PARAMETRIA

El inicio de las precampañas

Para efectos prácticos las campañas a la presidencia de la república empezaron hace mucho, pero hasta ahora se están formalizando, aunque se les llame pre-campañas. Este inicio prematuro se ha reflejado en los números de las preferencias electorales.

Morena inició su campaña desde agosto del 2022, cuando el presidente López Obrador anunció los posibles candidatos a la Presidencia, mejor conocidos como “corcholatas.” Por ello, cuando se realizó el proceso de selección con encuestas en septiembre del 2023, los posibles candidatos, sobre todo los dos punteros, tenían niveles de conocimiento muy altos.

Es preciso aclarar que el conocimiento de nombre es una variable muy sencilla de medir, pero a su vez muy limitada. Conocer el nombre de un personaje público puede tener distintos niveles de profundidad. Alguien que lleva años en la vida pública y es conocido por sus logros o fracasos, sobre todo cuando han sido polémicos, es muy distinto a alguien que ha crecido recientemente y solo se le conoce de nombre, pero con muy poca información sobre su gestión pública.

Un ejemplo de ello es lo que pasó hace 6 años en la contienda presidencial. Mientras al actual presidente lo conocía más del 95 por ciento de la población con una carrera pública en ese momento de más de 15 años a nivel nacional (su nombre fue muy conocido a nivel nacional por sus programas sociales en CDMX), sus contrincantes tenían un menor porcentaje y sobre todo menor profundidad.

Ricardo Anaya en la última medición de Parametría del 2017, en diciembre, poco antes de empezar las campañas en forma, tenía un nivel de conocimiento de cerca de 50 puntos, pero era una nueva figura en el escenario. Había conocimiento, pero no mucha profundidad sobre quién era. Situación que hace muy vulnerable a cualquier candidato ante una campaña negativa, como sucedió en este caso en marzo del 2018.

Por otra parte, José Antonio Meade arrancaba con un nivel de conocimiento inferior a los 20 puntos, con un nivel de exposición también muy bajo en la vida pública y por lo tanto poca profundidad.

La diferencia entre el primero y el segundo lugar — es decir entre Anaya y López Obrador — en 2018, al inicio de la campaña, era de alrededor de 20 puntos porcentuales. Se esperaba que la elección se cerrara, sin embargo, la elección se abrió y terminó con 31 puntos de diferencia. Una tendencia poco predecible

Para la elección del año entrante, a poco más de seis meses de la elección, la diferencia de acuerdo a la última medición de Parametría es de alrededor de 28 puntos. Es decir, es similar a la que se tuvo al final del proceso 2018. Cualquier lógica competitiva indicaría que debería tender al cierre. Es importante destacar que históricamente siempre se ha sobrestimado al partido en el gobierno. No importa si es PRI, PAN, PRD o Morena. La pregunta relevante es si en seis meses hay tiempo suficiente para cambiar de ganador y si la sobrestimación es de tal magnitud como para cambiar la tendencia.

Un cambio en los últimos años es el comportamiento del elector en México, que cada vez más vota por el candidato y menos por la lealtad a un instituto político que representa. Por ello las variables de conocimiento y opinión son fundamentales para entender la preferencia del electorado, por lo que es aún más importante revisar estas variables en nuestra última medición.

El crecimiento del conocimiento de nombre ha sido paulatino en el caso de la ex jefa de gobierno Claudia Sheinbaum. Se ha ido incrementando a lo largo del tiempo y si bien el crecimiento ha sido lento, es sostenido. Hoy está en 70 puntos con un tramo de probablemente 20 puntos más para crecer al final de la campaña, con una imagen positiva de más de 60, la mejor de todos los candidatos y puntera con mucho de esta contienda.

El crecimiento de los que conocen a Xóchitl Gálvez ha sido el más rápido. Desde nuestra primera medición en febrero de este año hasta ahora se ha duplicado y está casi en los 60 puntos porcentuales. Nuevamente mucho por crecer. El problema fundamental es su imagen negativa. Sus negativos son más que sus positivos (menos 9 por ciento como saldo). Es probable que ello se deba a las fuerzas políticas que representa, más que a ella misma. Su reto es qué hacer en campaña que le pueda quitar esa marca.

Samuel García, la nueva figura en esta contienda, ha crecido 20 puntos en el último año para llegar a poco más del 40 por ciento. La sorpresa con este candidato es que ha remontado en su imagen en cerca de 25 puntos en lo que va del año. Este es probablemente uno de los cambios más difíciles de lograr para cualquier candidato, mejorar su imagen. La campaña dirá si es capaz de continuar esta tendencia.

Estamos al inicio de la contienda electoral formalmente, aunque se llamen precampañas. Se esperaría que hubiera cambios de aquí a junio del 2024. Sin embargo, en una revisión histórica breve de este siglo, ninguna campaña había empezado con esta diferencia entre el primer lugar y sus contendientes, con un número además cercano o por arriba de la mayoría absoluta. Por los resultados del 2021, era un escenario poco previsible, tanto la diferencia como la posibilidad de ganar con más del 50 por ciento. Veremos cuánto pueden cambiar estos números las campañas electorales.

Nota Metodológica: Población objetivo: Personas mayores de 18 años con credencial para votar vigente. Representatividad: Nacional. N° de encuestas: 1,600 entrevistas cara a cara en vivienda realizadas en octubre y noviembre del 2023. Método de muestreo: aleatorio sistemático con probabilidad de selección proporcional al tamaño. Marco muestral: secciones electorales reportadas por el INE. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error (+/-) 2.4 %. Diseño de cuestionario, muestra, operativo de campo y análisis: Parametria S.A. de C.V.

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