Víctor Trujillo, mejor conocido como Brozo, analista agudo y popular, bromeó recientemente sobre las mediciones preelectorales para el proceso que se avecina en 2024. Dijo que como venía la temporada de las encuestas él también quería participar, porque no se quería quedar atrás. Él quería sus propios números.
Por ello, Brozo tenía la intención de fundar una firma para realizar estudios demoscópicos llamada Bodoque y Asociados. Si bien la broma es muy divertida, podría trivializar un problema muy serio. Si no tenemos indicadores mínimos que nos den escenarios probables del resultado del proceso electoral del año entrante, podríamos estar en problemas. Más allá de si las encuestas nos dan datos precisos, su tarea mínima es darnos alguna idea sobre los resultados posibles.
Brozo es un comentarista que utiliza el sarcasmo y la ironía para tratar asuntos públicos en un medio de comunicación en el que mucha gente confía: Latinus. Al presentarse como un payaso, probablemente su crítica social es aún más corrosiva. Este ejemplo me parece extraordinario e ilustra de manera cómica una de las carencias de nuestra prensa nacional en general, pero en especial, la que trata con mediciones electorales. El problema fundamental es que no se enteran o no se quieren enterar de cómo se hace la investigación electoral.
En este país algunos medios se comportan como si fueran víctimas del engaño. Se declaran ignorantes del tema como si fueran un ciudadano más, no filtran sus datos, no hacen su tarea, no investigan y por ello se dicen engañados y ultrajados. Este tipo de periodismo no distingue metodologías.
Toman por igual una medición telefónica, una realizada a usuarios de internet o una aplicada cara a cara en vivienda. Esta última metodología, las entrevistas realizadas cara a cara, es la única metodología que permite tener una muestra probabilística y representativa de la opinión pública nacional, sin sesgos o sobre representación de un segmento de la población, como podrían ser las poblaciones urbanas, con mayor escolaridad, o ingresos más altos.
Todo medio de comunicación serio debe de hacer la validación de información antes de publicar o difundir datos. Tiene la obligación de investigar si la información que está reportando es metodológicamente sólida y debe reportar información verificada. Incluso una de las instituciones en el mundo con una reputación como la BBC, indica y aclara que su información está verificada. Hay programas enteros que se dedican a ello en otra cadena televisiva de reputación como CNN.
En el mundo democrático existe una prensa especializada en análisis electoral. Sabe que comprender al elector es complejo. Ciertamente, la nota más comentada es ¿quién va adelante en las mediciones o quién es el ganador más probable?, es decir, lo más común es reportar la carrera de caballos, pero también se analiza al elector y sus razones de voto.
Una medición reciente que realiza la francesa IPSOS, (la tercera empresa de opinión pública a nivel mundial) reporta la reputación de diferentes profesiones en 31 países. La medición reconoce sus límites y menciona que para 13 países, el estudio no es representativo por haberse realizado en un panel en el que la información se recaba por internet.
Una primera pregunta que surge de este estudio y su metodología es ¿cómo es posible que la tercera empresa más importante del mundo en opinión pública, no pueda generar los ponderadores para hacer su estudio representativo en 13 países, incluido el nuestro? y en México tenemos empresas que dicen que lo pueden hacer. No nos dicen cómo, pero dicen que pueden generar estos ponderadores y se publican en prensa escrita, o en radio a nivel nacional.
Con esta actitud de los medios de comunicación en algún sentido están quitando responsabilidad al gremio, porque en realidad no verifican lo que publican.
Por cierto, en esta medición de IPSOS, aun reconociendo que su muestra no es representativa para 13 de 31 países, los encuestadores, como profesionales, tienen 28 por ciento de confianza. México junto con Brasil se ubica como uno de los países donde la reputación está por arriba del promedio mundial. Se ubica en el 40 por ciento, 12 puntos por arriba del promedio mundial.
Uno de los peores errores de la prensa nacional es ignorar los códigos de ética de las asociaciones de opinión pública más importantes en el mundo ESOMAR (European Society for Marketing Research) y WAPOR (World Association for Public Opinión Research). Sus criterios de publicación son muy claros. Transparencia es el primer requisito. La transparencia permite saber qué hizo el investigador para llegar a sus resultados.
La transparencia permite que los resultados sean replicables. Es decir, que se pueda repetir el ejercicio y llegar a los mismos números. Este último requisito es el criterio para ver si la información es publicable o no.
En nuestro país se publican números que no sabemos cómo se obtuvieron y por ello no se pueden replicar. Bajo la excusa de que alguien conoce una fórmula única para llegar a sus números, no revela información. En las ciencias sociales en general y en lo que se publica sobre opinión pública, no existe el secreto industrial, eso es una falacia. Lo que sorprende es que los medios o sus analistas lo ignoren.
Bodoque y Asociados es una gran idea, es una gran broma, salvo porque está basada o revela una gran carencia de una parte de nuestro periodismo nacional.
Metodología
Encuesta realizada vía el panel de internet de Ipsos en 31 países del 26 de mayo al 9 de junio de 2023. 22,816 entrevistas divididas en: Aproximadamente 1.000 entrevistas realizadas en Alemania, Australia, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Nueva Zelanda, y 500 personas en Argentina, Bélgica, Chile, Colombia, Corea del Sur, Hungría, Indonesia, Irlanda, Malasia, Países Bajos, Perú, Polonia, Rumanía, Singapur, Sudáfrica, Suecia, Tailandia y Turquía. Las muestras de Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Canadá, Corea del Sur, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Hungría, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia y Suecia pueden considerarse representativas de la población adulta general menor de 75 años. Las muestras de Brasil, Chile, Colombia, Indonesia, Irlanda, Malasia, México, Perú, Rumanía, Singapur, Sudáfrica, Tailandia y Turquía son más urbanas, más educadas y/o más prósperas que la población general. Los resultados de las encuestas de estos países deben considerarse un reflejo de las opiniones de un segmento más “conectado” de su población. Margen de error en encuesta en encuestas de 1000 casos +/- 3,5, en encuestas de 500 casos +/- 5,0 puntos porcentuales.
