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Elecciones del poder judicial: el experimento

Texto de Francisco Abundis publicado en Milenio
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Todos aquellos que estamos dedicados a medir el comportamiento electoral sabemos que estamos frente a un nuevo objeto de estudio. La cantidad de elecciones simultáneas que se llevarán a cabo el próximo 1 de junio hace que esta sea la elección más grande de la historia. Solo a nivel federal serán 881 cargos en disputa, más los cargos a nivel local.
Solo a nivel federal habrá 6 boletas en las que habrá que decidir entre cuotas de hombres y mujeres: 9 ministra(o)s de la Suprema Corte, 5 ministra(o)s del Tribunal de Disciplina, 2 magistrada(o)s de la Sala Superior del TEPJF, 3 Magistrada(o)s de la Sala Regional del TEEPJF, 10 magistrada(o)s, y 10 juezas y jueces de distrito. Solo a nivel federal habrá que tomar 40 decisiones, más las que se sumen a nivel local.

En una elección de ejecutivo o legislativo, se toma una decisión por boleta. Por ejemplo, en la Ciudad de México se decide sobre tres posiciones federales y tres locales. A nivel federal, presidente, senador y diputado y a nivel local, jefe de gobierno, alcalde y diputado local, seis elecciones. A diferencia de esta elección convencional que implica 6 decisiones, a la elección que vamos habrá que tomar cerca de 40.
Si fuera proporcional el tiempo que toma decidir en una elección convencional, comparada con la elección a la que vamos a tener el próximo 1 de junio, significa que nos tomará por lo menos 6 veces más del tiempo para decidir en la casilla o el centro de votación, lo cual llevaría, en un supuesto óptimo de 30 minutos por elector.

Este dato en automático implica un problema, no de los centros de votación, sino del número de mamparas para que cada elector pueda tomarse el tiempo necesario para votar. Un problema que al parecer el INE no tiene contemplado. Ya sea porque el INE no tiene la capacidad logística, financiera o de experiencia, esto pasa a ser un factor relevante.

En lo referente a los centros de votación o casillas, serán 84 mil, casi 30 mil más que en el ejercicio de revocación de mandato que se realizó en abril de 2022. Probablemente, este sea el referente más cercano que tengamos para poder estimar los niveles de participación. La participación de revocación de mandato fue del 17.5 por ciento del padrón electoral.
Hemos abordado sobre los temas de logística de la elección, antes de abordar los problemas de medición. Lo más complicado en los problemas de medición no es solo la cantidad de decisiones, sino la cantidad de opciones. Por ejemplo, en la elección de candidatos a la Suprema Corte hay 33 opciones para las 5 posiciones de mujeres y 31 para las 4 posiciones de hombres. Es decir, hay 64 opciones para 9 posiciones.

Idealmente, en una entrevista cara a cara, el elector debería de tener una boleta sobre la cual expresa su preferencia. Es muy difícil expresar preferencia sobre una cantidad de opciones no conocidas. El nivel de conocimiento reportado a inicio de año de los candidatos más conocidos, que deberían de ser los de la Suprema Corte, era muy bajo. En las mediciones cara a cara de inicios de año, los niveles de conocimiento de las candidatas a la Suprema Corte no pasaban de los 15 puntos porcentuales. ¿Cómo mostrar preferencia ante un candidato que no se conoce?
En una medición telefónica es imposible realizar una simulación de boleta como se haría en una entrevista cara a cara y ya no digamos la principal carencia de ambas mediciones: representatividad.
Por ello, la advertencia de atender a mediciones de esta naturaleza en general, pero en particular para esta elección. Además, que como en toda elección, aparecerán las mediciones que se presentan como investigación, pero son más bien publicidad, en particular las mediciones por internet donde no es posible validar la metodología.
Finalmente, uno de los problemas más serios en términos de medición es cuando esta depende de la movilización. Más allá del interés ciudadano, cuando estamos ante una elección con tan poco nivel de conocimiento, en la que el ciudadano no sabe la fecha de la elección, lo más probable es que esta dependa de la movilización.
Lo más probable es que la movilización de organizaciones políticas a nivel local y nacional defina esta elección. Lo que no sabemos es que alianzas o a que candidata(o)s apoyen estas organizaciones. De allí que el resultado de esta elección pueda ser muy difícil de diagnosticar o de medir.
En todo caso y ante el reto, parece ser que lo mejor será esperar el resultado de esta elección y tener mucha precaución ante las mediciones preelectorales del proceso del poder judicial.

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