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Biden: ¿Es posible gobernar Estados Unidos?

En su primer mensaje como Presidente de Estados Unidos Joe Biden expresa de manera clara el objetivo y propósito de su administración: conciliación y “unidad”. Además de este llamado se refirió a la necesidad de parar una “guerra incivil” entre los estadounidenses. ¿Es posible conseguir este objetivo? ¿Es posible conciliar las diferencias?

Al igual que Trump tuvo cuatro largos años para dividir y polarizar a la ciudadanía de su país, ahora Biden tiene la oportunidad y el liderazgo para persuadir, conciliar, pacificar, y “unir” al país que le dejaron. Por ello es fundamental hacer una revisión de cómo recibe al país el nuevo Presidente en términos de opinión pública. El Pew Research Center realizó una medición con ese propósito y se publico el viernes anterior a la toma de posesión.

Biden ganó con 81 millones de votos, 51.3 por ciento de la población. La diferencia con su opositor Trump fue de 4.5 por ciento, quien obtuvo 74 millones de votos, que representan el 46.8 por ciento. Los 7 millones de votos de diferencia en un país de casi 330 millones de habitantes o cerca de 155 millones de electores puede ser mucho o poco depende de cómo se le observe y del estado de su opinión pública.

De acuerdo con datos del Pew Research Center el resultado de la elección en términos de lo que piensa la ciudadanía es mixto. El comportamiento del expresidente Donald Trump después de la elección parece haber terminado de convencer al público de su terrible gestión como presidente. Mientras dos de cada tres estadunidenses (64 por ciento) consideraron que la conducta de Biden fue “excelente” o “buena”, sólo poco más de una en cinco lo juzgaron así para Trump (23 por ciento). El capítulo final de la sucesión presidencial parece haber afectado la imagen de Trump de manera fatal. El porcentaje de ciudadano que considera que es responsable del asalto al Capitolio es alto, incluso entre los republicanos. Sin embargo, uno de los datos más preocupantes es que una tercera parte de la población considera que la elección fue fraudulenta. Obvio la mayor parte de quienes así lo ven son republicanos.

Un indicador muy revelador de las crisis de Trump es que casi siete de diez estadunidenses no quieren que Trump siga siendo una personalidad política relevante en los años por venir (68 por ciento). Sólo una tercera parte del público (29 por ciento) quiere verlo en el escenario político. Por ello más allá del proceso de destitución o “impeachment”, de conservarse está opinión Trump podría perder su base electoral. Sobre todo, si en los siguientes 4 años se comunica las carencias y errores de su administración, como parece que el gobierno de Biden y algunos medios de comunicación ya lo están haciendo.

La aprobación de Biden comparada con la Trump es un indicador del crédito que le otorgan al presidente entrante sus compatriotas. El 58 por ciento de aprobación está por arriba de la votación que obtuvo en el voto popular (51.3 por ciento). El nivel de aprobación de Biden comparado con otros expresidentes al iniciar su gobierno está por debajo, pero no es muy distinto. Por arriba de Biden en condiciones más normales de transición están Bush padre (65 por ciento) y Clinton (64 por ciento). El parámetro superior es el expresidente Obama quien empezó con 70 por ciento de aprobación y a la baja el propio Donald Trump con 39 puntos. El expresidente George Bush junior después de una elección muy competida con Al Gore, empezó su administración con 50 puntos de aprobación. Este último podría ser la situación más similar a la que enfrenta Biden en términos de competencia y conflicto. Aún comparado con esta elección del año 2000, Biden empieza con 8 puntos arriba de George W. Bush.

Otro tema preocupante en un contexto de polarización es la predisposición de los republicanos a cooperar con el presidente Biden. Los electores republicanos prefieren que Biden renuncie a sus promesas de campaña y negocie con los congresistas republicanos, más que estos se adapten a los propósitos del presidente Biden. Esto puede incidir en el alcance de las políticas públicas del nuevo gobierno. A juzgar por el testimonio que aparece en la reciente biografía del expresidente Obama este puede ser un elemento que impediría el avance la agenda de la nueva administración.

Donald Trump deja la presidencia con un nivel de aprobación históricamente bajo. Menos de una tercera parte de la población lo aprueba (29 por ciento). Muy por debajo del nivel con el que empezó, que ya era preocupante. Si lo vemos por partido, es probablemente el dato que refleja más la polarización. Sólo 5 por ciento de los demócratas lo aprueba, mientras 60 por ciento de los republicanos.

La capacidad de comunicar del presidente podría persuadir y cambiar el ambiente. Es probable que las expectativas que el público tiene para dignificar la política y hacerla más honesta funcionen a su favor. Veremos en los siguientes cuatro años su capacidad para avanzar su agenda de “unidad”.

Metodología: Los datos del Pew Research Center se obtuvieron de su American Trend Panel (ATP), que tiene una muestra representativa nacional de los ciudadanos de los Estados Unidos. Los panelistas participan a través de un cuestionario auto administrado por internet. Los panelistas que no cuentan con internet se les provee de una tableta. Las entrevistas se conducen en inglés y español. El panel es administrado por Ipsos. La entrevista se condujo el 8 de enero del 2021. Un total de 5,560 panelistas participaron en esta investigación de los 6,107 que fueron convocados. La tasa de respuesta fue de 88%. El margen de error es de 1.9 por ciento.

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