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El nulo efecto de las campañas preelectorales

Texto de Francico Abundis publicado en Proceso

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Una de las preguntas más relevantes en cada proceso electoral es ¿cuánto las campañas de partidos y candidatos terminan modificando las preferencias del ciudadano? De allí que las mediciones al principio y al final de una elección pasan a ser relevantes. A juzgar por los números obtenidos en una evaluación de las precampañas, éstas no parecen haber tenido un efecto sustancial hasta ahora.

Para que una campaña electoral tenga efecto requiere de ser visible. Hasta el mes de diciembre pasado, el elector promedio todavía no estaba muy interesado en la próxima elección de junio. No estar enterado de la fecha de la elección es un indicador de sus bajos niveles de atención en el proceso. Sólo 4 por ciento de la población sabe con precisión la fecha de la elección. Otro 16 por ciento sabe que será en junio. Casi uno de cada cuatro sabe que será en 2024 (23 por ciento), y el resto de la ciudadanía cree que será en otra fecha (12 por ciento) o declara de manera abierta no saber (45 por ciento).

Una forma básica de clasificar procesos electorales es dividirlos en aquellos donde hay una alteración sustancial de las preferencias, o incluso de ganador, y aquellos donde no pasa nada y la elección termina con los mismos números de cómo empezó. Ahora bien, en el primer caso tenemos elecciones que se cierran y son más competidas o elecciones en las que se abre la brecha entre el ganador y sus oponentes.

En lo que va de este siglo, todas las elecciones presidenciales habían tendido a cerrarse, salvo la última. Ésta fue por mucho una sorpresa para la mayor parte de los analistas. Por ello es fundamental observar las campañas electorales y sus posibles efectos o estrategias.

Ahora bien, el hecho de que un elector no cambie en un corto plazo, no significa necesariamente que no cambiará a lo largo de la elección o con el acumulado de lo que pase en los siguientes días, poco menos de 5 meses. Es decir, las campañas a veces tienen efecto en puntos de inflexión o con acontecimientos que pueden pasar incluso en el periodo de intercampaña.

La evaluación de las precampañas políticas refleja al final las preferencias electorales. Por lo que no se han visto alteradas por las precampañas. En todo caso parece que reafirman lo que se pensaba antes de estar expuestos a las mismas. El nivel de agrado de las campañas, la credibilidad, su calidad en términos informativos o la predisposición al cambio de voto parecen estar muy correlacionadas con las preferencias electorales registradas antes de las precampañas.

La candidata puntera o preferida, Claudia Sheinbaum, tiene los mejores números en esta evaluación. Sus spots son los más gustados (78 por ciento), son los más informativos (42 por ciento), hacen las mejores propuestas (37 por ciento), son los más creíbles (52 por ciento) y generan más ganas de votar por ella (63 por ciento).

Si bien los niveles de conocimiento de los candidatos han crecido, tampoco parecen haber cambiado la opinión o preferencia. La candidata que ha crecido más en conocimiento es Xóchitl Gálvez. Durante el 2023 creció casi 40 puntos porcentuales, pasando de 29 puntos de conocimiento en febrero a casi 70 puntos en diciembre (68 por ciento). Es decir, casi 7 de cada 10 adultos a nivel nacional la conocen. Sin embargo, este incremento en el nivel de conocimiento no ha alterado las preferencias, porque su imagen no ha cambiado, sigue siendo negativa.

Por otra parte, el recién nominado candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, presenta niveles de conocimiento muy bajos. Sólo 6 por ciento de los ciudadanos conoce su nombre. Por ello su reciente nominación no aumenta las preferencias por MC. A diferencia de Samuel García, quien era ya un personaje muy conocido por haber contendido y ganado la elección de Nuevo León, su estado, Álvarez Máynez hoy día no le aporta nada a su partido. Ello no significa que no lo pueda hacer eventualmente. El problema es que tiene poco tiempo para crecer, y se ve poco probable que llegue a los niveles de conocimiento de sus competidores.

Es interesante que Álvarez Máynez (29 por ciento) es tan popular dentro de su partido como Patricia Mercado (28 por ciento), pero hacia afuera no parece contar con mucho capital político (sólo 8 por ciento).

Con un efecto nulo de campañas y con conocimiento o imagen de los candidatos con números bajos o negativos es comprensible el efecto inexistente de las precampañas. Por ello la candidata de Morena se consolida como la puntera con la amplia diferencia que tiene sobre sus opositores.

Viene el tiempo de intercampañas y luego un breve periodo de campañas formales. Habrá que estar atentos y observar los posibles efectos de las mismas. El problema fundamental para la oposición es que sólo quedan 4 meses y medio para la elección. Es muy probable que tanto la parte noticiosa como las propias campañas se intensifiquen, pero entre más cercanos estemos a la elección parece menos probable el cambio de ganador o un cambio sustancial en las preferencias.

Es cierto que la participación diferenciada podría acortar mucho la distancia entre la puntera y su principal opositora. Lo que no se ve sencillo es que esa participación diferenciada pueda afectar de tal manera que haya cambio de ganador.

*Director de Parametría

Nota metodológica: Población objetivo: personas mayores de 18 años con credencial para votar vigente. Representatividad: nacional. N° de encuestas: 1,600 entrevistas cara a cara en vivienda realizadas en noviembre y diciembre del 2023, de las cuales 800 se realizaron del 27 al 30 de diciembre del 2023. Método de muestreo: aleatorio sistemático con probabilidad de selección proporcional al tamaño. Marco muestral: secciones electorales reportadas por el INE. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error (+/-) 2.4 %. Diseño de cuestionario, muestra, operativo de campo y análisis: Parametría, S.A. de C.V.

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