Artículo de Francisco Abundis Publicado en Milenio
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Hoy día, ver un simple noticiero no es tarea fácil para un ciudadano común. Entender lo que está pasando en tantos lugares del mundo requiere de altos niveles de información. A manera de ejemplo: las imágenes que vemos en los medios de comunicación de niños o de personas de edad, poblaciones vulnerables en general –en medio de conflictos bélicos– resultan difíciles de observar.
No importa si estamos hablando de un lugar remoto de África, Medio Oriente o de Europa del Este. A falta de esta información para comprender el conflicto, algunos ciudadanos prefieren no enterarse, cerrar los ojos, apagar el televisor o la radio. Es demasiado lo que se requiere para traducir situaciones complejas, muy difíciles de descifrar.
En general, nuestro país nunca se ha caracterizado por tener interés por temas del mundo o de política exterior. Siempre hemos tenido la percepción de que lo que pasa en el mundo, no nos afecta o no lo podemos afectar. Esto ha sido una característica de nuestra ciudadanía u opinión pública constante y medida desde hace mucho tiempo y probado en estudios clásicos (Civic Culture, 1963).
Sin embargo, siempre habrá una excepción para nuestro país. Siempre estaremos enterados de nuestra relación con el vecino del norte. Nuestra cercanía o relación con Estados Unidos es tan estrecha que es muy difícil de ignorar. Para efectos prácticos, es el único país del mundo que no podemos ignorar. De hecho, uno de cada cinco mexicanos quisiera que fuéramos parte de Estados Unidos.
El ingreso de muchos de nuestros hogares depende de esta relación en la dimensión que se quiera ver: tipo de cambio, industria de maquila en general, industria automotriz en particular (somos el cuarto exportador de autos en el mundo), productos agrícolas, turismo (representa alrededor del 11 por ciento de nuestro PIB), remesas de trabajadores y un largo etcétera.
Por ello, no sorprende que los niveles de atención de las relaciones México-Estados Unidos sean muy altos, entre nuestra opinión pública. Nuestra dependencia con el vecino del norte no puede ser ignorada. Por ello, en la serie de Parametría de más de una década, se observa que a lo largo del tiempo hay mucha varianza y mucha sensibilidad.
La opinión de esta relación en nuestra última medición de mayo no es muy optimista. La mayor parte de la ciudadanía sabe que nuestras relaciones no están en la mejor condición y es muy similar a la que se tuvo en la primera administración del hoy presidente de Estados Unidos.
La opinión sobre el gobierno de Estados Unidos pasa a ser negativa cuando la relación no es buena con nuestros vecinos. Llevamos ya muchos meses de tensiones por razones arancelarias, migratorias, de seguridad, entre otras y el público es sensible a ello.
Falta hacer una evaluación de lo ocurrido en la última semana, pero por mediciones previas de Parametría sabemos que el ciudadano en nuestro país está a favor de las distintas expresiones de inconformidad, incluidas manifestaciones.
La opinión sobre Donald Trump ha sido constantemente negativa a lo largo del tiempo, al igual que en su primera administración. Habría razones para pensar que podría ser más negativa, pero con más de 80 por ciento de opinión negativa, es difícil que pueda bajar más.
Esta opinión del presidente de Estados Unidos es similar a las que tienen los hispanos, de acuerdo con el Pew Research. Este podría resultar un dato contradictorio por los resultados de la última elección presidencial. Trump obtuvo el mayor porcentaje de apoyo hispano a un candidato presidencial republicano en la historia. Sin embargo, en esa elección predominó el interés económico sobre el de identidad, eso lo podría explicar.
Un motivo de preocupación es nuestra opinión de los estadunidenses. A lo largo del tiempo podemos distinguir entre el gobierno y sus ciudadanos. Salvo excepciones, nuestra opinión de los estadunidenses suele ser positiva y este parece ser un momento de excepción. Tal vez por los resultados de la última elección en la que ganó Trump o por lo que estamos viendo en los medios, esta opinión ha cambiado. Motivo de preocupación.
El tema de nuestros connacionales allá y los migrantes en nuestro país acá, amerita un análisis en sí mismo para una próxima entrega. Por lo pronto es fundamental analizar lo que está pasando en la opinión pública de cada uno de nuestros países, porque de eso puede depender nuestra relación futura.




Nota Metodológica: Población objetivo: Personas de 18 años en adelante con credencial para votar vigente. Representatividad: Nacional. N° de encuestas: 1,200 entrevistas cara a cara en vivienda realizadas del 14 al 18 de mayo del 2025. Método de muestreo: aleatorio sistemático con probabilidad de selección proporcional al tamaño. Marco muestral: secciones electorales reportadas por el INE. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error (+/-) 2.8 %. Diseño de cuestionario, muestra, operativo de campo y análisis: Parametría S.A. de C.V.