Artículo de Francisco Abundis publicado en Milenio
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Una de las situaciones más estudiadas en la opinión pública se da cuando un país entra en una situación de conflicto. La guerra, o lo que el público defina como esta, es uno de estos casos. Sin duda, en estas condiciones se observa mejor la sensibilidad y la reacción de la opinión pública.
Más allá de la respuesta de la opinión, y sus implicaciones en el liderazgo, está el costo electoral. Entre más cercano esté un conflicto bélico a una elección, mayores sus costos o sus beneficios, dependiendo del resultado. Pero en ambos casos el riesgo es alto.
Estados Unidos es un país muy acostumbrado a estar en conflictos internacionales, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. Esa es la historia de toda la Guerra Fría para propósitos prácticos. Conflictos en prácticamente todos los continentes, Asia, África, América, Europa. Con especial énfasis en regiones como el Sudeste de Asia, Medio Oriente, África Subsahariana o Latinoamérica (en especial el Centroamérica y el Caribe). Cuenta con ejemplos emblemáticos en países como: Corea, Vietnam, Cuba, Afganistán, Irak, Somalia, solo por poner algunos ejemplos.
Ser policía del mundo tiene sus costos. Los veteranos de guerra en Estados Unidos se podrían dividir generacionalmente a partir de la guerra que les tocó pelear, a ellos, a sus padres o abuelos. Probablemente, ello explica la alta sensibilidad y altos niveles de atención que se observa ante cualquier posible intervención bélica.
A lo largo del tiempo, los estadunidenses, cada vez toleran menos las pérdidas de vidas humanas. Comparar lo que pasó en el conflicto de Vietnam (cerca de 60 mil muertos) con lo que pasó en Irak, Afganistán o Somalia, más recientemente, en términos de bajas, no tendría sentido. Por ello, Vietnam es uno de los mejores ejemplos donde la opinión pública determinó el fin de la guerra. De hecho, fue un punto de inflexión en la relación opinión pública y decisiones de gobierno en situaciones bélicas.
En general, las guerras no son populares, y menos si son largas o en las que se involucran directamente efectivos del ejército o la marina. Por ello, la opinión pública es cada vez más demandante, atenta y menos tolerante a estos eventos.

De allí que en el reciente bombardeo a Irán haya sido necesario aclarar en prensa que fue una intervención limpia y quirúrgica. Donde no habría mayor involucramiento de las fuerzas armadas y mucho menos de efectivos. Fue fundamental precisar que sería corta y sin costo en vidas humanas. Eso explica también los altos niveles de atención a las mediciones que se publicaron de manera inmediata sobre el tema.

Estas mediciones reportan una oposición a los bombardeos realizados a Irán, en el agregado. Sin embargo, si bien impera la desaprobación, la opinión se observa dividida. Es decir, la diferencia de estar a favor o en contra en prácticamente cualquier medición no es de más de 10 puntos porcentuales. Este es un ejemplo más de cómo las opiniones expresan una fractura clara entre demócratas y republicanos. Y ello habla de la polarización que se vive en Estados Unidos.

Esta división es aún mayor cuando se le compara con quien se considera parte del movimiento MAGA (Make America Great Again). Es importante observar que algunas mediciones ya separan republicanos de quienes se consideran parte de (MAGA). Es decir, no todos los republicanos son parte de MAGA o apoyan necesariamente a Trump.

Las recientes declaraciones del Departamento de Estado de nuestro vecino del norte nos deberían de advertir sobre este tema si las tomamos de manera literal. En el momento en que se agrupa a México como un objetivo terrorista, en lo que se ha denominado parte de “el eje del mal” (China, Irán, Rusia, etc.), debemos de poner atención a estos datos.
Para cualquier propósito debemos de contemplar la posibilidad de una intervención en cualquiera de sus modalidades y los niveles de apoyo que puedan tener en la opinión pública estadunidense. Nos guste o no, nuestra relación con nuestro vecino cada vez más dependerá del humor de su opinión pública. Por ello, cada vez es más importante entenderla y descifrarla.
