PARAMETRIA

La Reforma Electoral y la opinión pública

Independientemente del debate que generen los temas de opinión pública, y la interpretación que se les dé, la medición tiene que estar bien realizada y ser representativa del universo que está describiendo o analizando. Uno puede estar de acuerdo o no con la lectura o el análisis, pero en lo que no se puede diferir es en el dato.

A petición del presidente de Morena, Mario Delgado, Parametría realizó una medición para replicar un estudio llevado a cabo en el mes de septiembre por el Instituto Nacional Electoral. La única diferencia es que el nuevo estudio se realizó cara a cara en hogares, pero con el mismo instrumento, es decir, el mismo cuestionario.

Una medición telefónica por definición excluye a una tercera parte de la población, por ello, siempre será necesario tener una medición cara a cara realizada en vivienda. Las que se hacen por internet tienen aún más carencias porque no sólo tienen un problema de cobertura sino también de acceso tecnológico.

Este fue el caso de la medición realizada por el INE sobre la Reforma Electoral. Al ser hecha para consumo interno y pensada en serie por cuestión de costos, es comprensible la elección de este método para su realización. Sin embargo, en el momento que se hizo pública la importancia de su precisión pasó a ser más que relevante.

En el agregado, salvo algunos temas, ambas mediciones son muy similares, tanto la realizada por el INE como la llevada a cabo por Parametría. En prácticamente todas las propuestas de la Reforma Electoral la ciudadanía simpatiza. Esto no debe sorprender por las mediciones previas que tenemos en el tema.

Independientemente de los resultados, para cualquier medición de opinión, existen por lo menos dos limitantes: por una parte, están los niveles de información y por otra los niveles de sofisticación. Es decir, con cuánta información cuenta la ciudadanía que está opinando y, por otro lado, cuánto entiende del tema.

Hablar sobre la Reforma Electoral es particularmente complejo. La conversación no sólo tiene que ver con el árbitro de la contienda. También pasa por niveles de representatividad o formas de elegir a nuestros consejeros electorales.

A falta de información y comprensión, es probable que el ciudadano esté opinando con su intuición o incluso desde su prejuicio. A la pregunta de si la cantidad de diputados o senadores que hoy existen son muchos, pocos o los adecuados, el ciudadano siempre responderá que son muchos. Sin embargo, si se les pregunta si sabe cuántos diputados hay en el Congreso, menos de 15 por ciento dirá 500 diputados. En el caso de los senadores, menos del 10 por ciento dirá que son 128. Es decir, sin saber el número y lo que representan siempre habrá un prejuicio sobre el uso de recursos públicos.

Lo mismo sucede con el financiamiento a los partidos políticos. El ciudadano siempre va a considerar que son muchos recursos los que se les otorgan dado el desprestigio de las propias organizaciones o de la política en general.

Es interesante que más allá de las variaciones que se registran entre una medición y otra, una de las más notables es que los niveles de buena opinión, reputación o confianza en el INE son mayores en la medición en vivienda comparada con la telefónica. Su mejora es de poco más de 10 puntos porcentuales.

Esta opinión contrasta sustancialmente con los niveles de apoyo a la Reforma Electoral. Incluso en el extremo hay un cuestionamiento sobre la práctica electoral y predomina la opinión que en nuestro país todavía se cometen fraudes en las elecciones, sobre todo en el conteo de votos.

Sostener estas dos opiniones más que contradictorio, es incoherente. La opinión pública en general no se caracteriza por ser coherente o fácil de entender. Es compleja, inconsistente, cambiante. Lo que tenemos son los números y estos son los que están sujetos a interpretación.

Para poder sostener una discusión de las distintas interpretaciones debemos partir de los mismos datos y allí regresamos al principio básico: el deber de medir bien, de tener el dato correcto. De allí la relevancia de la réplica en el ejercicio que realizó el Instituto Nacional Electoral con una medición cara a cara en vivienda.

Nota Metodológica: Población objetivo: Personas mayores de 18 años con credencial para votar vigente. Representatividad: Nacional. N° de encuestas: 800 entrevistas cara a cara en vivienda realizadas del 5 al 8 de noviembre del 2022. Método de muestreo: aleatorio sistemático con probabilidad de selección proporcional al tamaño. Marco muestral: secciones electorales reportadas por el INE. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error (+/-) 3.5 %. Diseño de cuestionario, muestra, operativo de campo y análisis: Parametria S.A. de C.V.

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